Cómo el ejercicio físico mejora la salud digestiva

La falta de actividad física regular puede causar inflamación y obstrucción intestinal. En nuestra sociedad cada vez más sedentaria, el cuerpo sufre por la inactividad, y el sistema digestivo es uno de los más afectados. El sedentarismo ralentiza el tránsito intestinal, generando molestias como el estreñimiento.
Nuestro aparato digestivo funciona como una cinta transportadora: si se detiene, los “equipajes” se acumulan. Del mismo modo, el movimiento corporal es esencial para mantener un flujo digestivo adecuado.
La evidencia científica muestra que actividades como caminar a paso rápido, hacer tareas domésticas vigorosas o andar en bicicleta durante al menos una hora al día mejoran notablemente el tránsito intestinal. Incluso 30 minutos diarios de ejercicio moderado, como trotar, aumentan la motilidad del colon y facilitan la evacuación.
Además, el ejercicio aeróbico ayuda a reducir síntomas del síndrome de colon irritable (como hinchazón y dolor), mejora el bienestar psicológico y eleva la calidad de vida.
En enfermedades inflamatorias intestinales crónicas, combinar ejercicio con dieta y apoyo psicológico reduce la inflamación y mejora el estado general del paciente.
Para mantener un sistema digestivo saludable, se recomienda realizar entre 150 y 300 minutos semanales de actividad física moderada o vigorosa, incluyendo ejercicios de fuerza dos veces por semana.
Quienes padecen trastornos intestinales pueden beneficiarse de 180 minutos semanales repartidos en 3 a 5 días, con sesiones de caminata rápida, trote, yoga o pilates.
*Fuente: Diario El País.