Samira García, la patinadora resiliente y ambiciosa

Convencida de sus cualidades y de su potencial, la patinadora Samira Sarai García Meléndez, quien está cerca de cumplir 15 años, se ilusiona con una prometedora carrera deportiva y seguir los pasos de su referente, Dalia Soberanis.
Gracias al esfuerzo de su familia, Samira tomó desde muy pequeña el curso de iniciación de la Federación en el patinódromo del Parque Erick Barrondo, donde con determinación fue progresando en su nivel hasta ganase un lugar dentro las selecciones menores.
Motivada por la medalla de bronce ganada el año pasado en el Campeonato Panamericano de Clubes y Naciones, en Ibagué, Colombia, Samira está decidida a luchar por más objetivos importantes.
Puntual a la cita de la entrevista, acompañada de su hermano Dorian (también atleta de patinaje) y su padre Óscar, Samira conversó con CDAG sobre cómo conoció este deporte, sus mayores desafíos y sueños a nivel deportivo.
Una casualidad que alteró su rutina
A la edad de 8 años Samira tuvo su primer acercamiento con el patinaje, después de que acompañando a su padre que jugaba futbol en el Parque Erick Barrondo, vio un entrenamiento en el patinódromo.
“Me llamó la atención ver a los patinadores y me inscribí al curso de vacaciones. Aunque me caía muchas veces, eso no me desanimó para seguir viniendo”, recuerda.
En un principio Samira entrenaba los sábados y tras ser reclutada por la Federación, recibió la invitación de practicar todos los días.
Con el sacrificio de su abuela, quien la traía en transporte público desde el municipio de Mixco hasta la zona 7 de la ciudad, Samira se dedicó de lleno a la práctica del patinaje y su rendimiento fue en alza.
“Desde que estuve en el curso de iniciación, dije que yo quería ser campeona mundial; eso me lo propuse desde pequeña. Vi a Dalia Soberanis y ella me inspiro a ser una mejor patinadora”, expresa Samira con mucha seguridad.
“Cuando tuve oportunidad de hablar con ella, me dio palabras de aliento para que en un futuro pueda superar lo que ha hecho; admiro su humildad”, añade sobre Soberanis, una de las máximas exponentes del patinaje guatemalteco.
Perseverancia y ganas de aprender
Samira, nombre bíblico que recibió de su abuela y su madre, destaca cuáles fueron sus virtudes para empezar a destacar desde pequeña.
“Lo que me hace buena atleta es que cuando me caigo siempre me levanto; y a pesar del cansancio nunca me doy por vencida. A veces la velocidad me da miedo, pero lo he superado gracias a la práctica”, afirma con un tono de determinación.
En julio del año pasado, ya integrada a la selección junior, Samira tuvo su primera experiencia internacional, con un resultado brillante en su debut, al ganar bronce en la prueba de 200 metros (categoría 13 años).
“Fue un logro muy bueno, ya que a pesar de que nuestra preparación previa no fue la mejor (debido a la reparación del patinódromo), tuve mi mejor rendimiento como atleta”, manifiesta.
Entre otros resultados destacados, Samira ha conseguido cuatro medallas de oro y un bronce en Campeonatos Centroamericanos, en Guatemala y El Salvador; en eventos de velocidad que son su especialidad (100 y 200 metros).
“Mi familia se sintió muy feliz por mis logros y no se imaginaban que tan rápido iba a ganar medallas”, admite.
Actualmente, la patinadora que lleva sus estudios en línea, se plantea como metas: “Estoy buscando un lugar en los selectivos para ir al Mundial, los Juegos Panamericanos Junior y Juegos Bolivarianos”, detalla.
En el desarrollo de su corta trayectoria, Samira admite que el respaldo de la Federación y de sus entrenadores (el principal es el colombiano Orlando Valencia) ha sido fundamental.
“Sé que me falta experiencia y el nivel competitivo nacional es fuerte. Pero gracias a los entrenadores he podido superarme y aun cuando estamos de bajón, nos motivan mucho”, expresa.
Samira se refiere por otra parte a su rutina de entrenamientos y al ambiente que se vive en las competencias nacionales.
“Me dedico a entrenar tanto velocidad como fondo, con salidas, explosivos y lanzados. En las competencias se vive con mucha alegría, al ver a las familias apoyando a sus hijos. Para nosotros lo más importante es hacer un buen calentamiento y estar concentrados en la pista”, cuenta.
Para finalizar, Samira habla sobre cómo ha superado los momentos difíciles que también son parte del deporte: “En los últimos meses sentí que no estaba logrando lo que deseaba y me frustré. Pero con el apoyo de mis papas y el trabajo psicológico, he empezado a mejorar”, reconoce.
Galería de fotos: