Conociendo el deporte: pesca deportiva 

La pesca deportiva consiste en enganchar y liberar al pez vela, utilizando una caña y un carrete, donde se encuentra el sedal para la pesca.

Se distingue de la pesca tradicional por su carácter recreativo y su enfoque en la conservación del medio ambiente. Su principal objetivo no es la subsistencia, sino el desafío, la experiencia al aire libre y, en muchos casos, la captura y liberación del pez. 

Se rige por estrictas normativas internacionales que regulan el tamaño, tipo y número de especies permitidas para pesca, promoviendo prácticas sostenibles y responsables.

Técnicas y modalidades: del “fly casting” al “trolling”

Entre las técnicas más comunes se encuentran el fly casting, que utiliza cañas ligeras y líneas delgadas para alcanzar zonas difíciles, y la pesca con señuelos, que imitan los movimientos naturales de las presas. En el mar, la modalidad más usada es el trolling, que consiste en arrastrar un señuelo desde una embarcación en movimiento.

Otra vertiente de esta práctica es la pesca de orilla, que se realiza desde lanchas de entre 12 y 20 pies en zonas cercanas a la costa. En esta modalidad se capturan especies menores como el pez gallo, sierras y atunes. 

El pez vela, una especie desafiante

Uno de los ejemplares más codiciados por los pescadores deportivos es el pez vela (Istiophorus platypterus), conocido por su espectacular lucha al ser anzolado. Aunque se le encuentra tanto en el Atlántico como en el Pacífico, este último presenta ejemplares más grandes.

Su característica más distintiva es una aleta dorsal en forma de vela, de color azul metálico, que le da su nombre. También destaca su mandíbula superior alargada en forma de pico. Esta especie pertenece al grupo de los llamados Billfish, junto al pez espada y el marlín, todos con notables adaptaciones para la velocidad y la caza.

En cumplimiento con las regulaciones de la International Game Fish Association (IGFA) y la International Light Tackle Tournament Association (ILTTA), la pesca de pez vela ahora debe realizarse utilizando el anzuelo Circle Hook, que permite una captura más limpia y facilita la liberación del ejemplar sin daño.

Un deporte en crecimiento 

La historia de la pesca deportiva en Guatemala comenzó en 1984, con la finalización de la dársena de Puerto Quetzal, lo que facilitó el acceso al mar. Un grupo de entusiastas, liderado por el Capitán de Fragata Jorge Arturo Mazariegos (+), junto a Emilio Castillo, Rodolfo Sinibaldi, José Zaror, Guillermo Mata, Carlos Valenzuela y Carlos José Castillo, construyó la primera rampa y muelle del futuro Club Náutico de la Base Naval del Pacífico.

Gracias al respaldo de la Confederación Deportiva Autónoma de Guatemala, la actividad obtuvo el estatus de Asociación Departamental, y con el apoyo del Ministerio de Agricultura se gestionó la inclusión del pez vela en la Ley de Pesca. Tras varios esfuerzos, se logró el Acuerdo Gubernativo 181-97, que protege a esta especie, frecuentemente comercializada para la elaboración de alimentos para mascotas.

El crecimiento de la pesca deportiva ha tenido un efecto directo en el desarrollo del Litoral Pacífico guatemalteco. Urbanizaciones como Punta Vela, San Marino y la Lotificación Marina del Sur han generado empleo e infraestructura, dinamizando la economía local y atrayendo inversión hacia los puertos aledaños.

Pesca deportiva vs. pesca tradicional

La diferencia fundamental entre ambas radica en su enfoque ambiental y objetivo. Mientras la pesca tradicional suele centrarse en el abastecimiento alimentario y el comercio, muchas veces con métodos intensivos, la pesca deportiva promueve el cuidado de los recursos y el uso responsable del ecosistema marino.

No obstante, en los últimos años, varias comunidades tradicionales han comenzado a adoptar prácticas más sostenibles, al tiempo que la pesca deportiva ha evolucionado para incluir un componente de conciencia ecológica y educación ambiental.

*Muntaz.ar, Asociación Nacional de Pesca, Ecured