Campeona centroamericana juvenil desde 2018, Aurora Eloisa Barrera Cordón es una de las esgrimistas guatemaltecas con mejores perspectivas y aspira a brillar en el ciclo olímpico.

Aurora conoció su deporte viendo películas y sus papás la alentaron a seguir porque es un deporte de combate que también fomenta la defensa personal.

A los 12 años tuvo su primer contacto con la esgrima y hoy con 18, es una de las referentes juveniles en la especialidad de sable.

Con perseverancia y afán por sobresalir, Aurora entrena con la ilusión de obtener una beca deportiva en Estados Unidos y se inspira en la medallista olímpica Adriana Ruano.

De la TV a las pistas

De pequeña Aurora probó varios deportes y del bádminton pasó a esgrima: “Había visto este deporte en películas como Juego de Gemelas, los Muppets y Star Wars. Entonces fui a una clase de prueba y me quedé”, recuerda.

Aurora admite que siempre quiso usar armas para defenderse: “Al principio tenía miedo de golpear a mis contrincantes, pero luego aprendí que así es este deporte. Por suerte también tuve el apoyo de mis papás”, reconoce. 

Deporte de coordinación y exigencia 

Para Aurora lo más importante para destacar en el deporte de alto rendimiento es la disciplina en los entrenos y en las competencias.

“Al salir a la pista me concentro en ganar, ese siempre es mi objetivo”, afirma la esgrimista diestra.

Y reconoce las dificultades propias de esta disciplina: “El sable es el arma más rápida de la esgrima y requiere mucha coordinación de manos y piernas. Eso se entrena perfeccionando los desplazamientos”, asegura. 

Su rutina de entrenamientos incluye fuerza en el CENAD, práctica en la Federación, clases individuales, preparación mental en Neurotec, combinados con sus estudios a distancia y en línea.

Aspiraciones de una joven esgrimista 

En el corto plazo, Aurora anhela volver a sobresalir en el Campeonato Centroamericano Juvenil: “como desde 2018 quiero mantenerme como campeona centroamericana, en el evento que será en noviembre en Managua, Nicaragua”, expresa.

Pero Aurora tiene propósitos aún mayores: “Estoy buscando una beca para irme a estudiar y a entrenar a Estados Unidos, para crecer como atleta y mejorar mis resultados. Y porque no, algún día llegar a los Juegos Olímpicos”.  

Hace poco Aurora se unió a un club de esgrima en Estados Unidos y cuenta su experiencia: “Al principio me sentía frustrada porque no tenía el mismo nivel, pero me motivaba para mejorar y ver hasta dónde puedo llegar. Empecé a competir para tener ranquin y darme a conocer”, detalla.

Motivación olímpica

Como todos los guatemaltecos, Aurora también se entusiasmó siguiendo a los atletas nacionales en los Juegos Olímpicos de París 2024.

“Me gustó verlos competir en el máximo nivel. La medalla de Adriana me tocó verla mientras entrenada en el CENAD. Todos los atletas que estábamos allí lo celebramos”, recuerda.

Aurora cuenta aún emocionada: “fue una inspiración grande ver el triunfo de Adriana y es una motivación para llegar lejos”, añade.

Momentos buenos y su resiliencia 

Orgullosa por representar a Guatemala, Aurora recuerda una de sus mejores vivencias en su corta carrera: “En 2021 fui a los Juegos Panamericanos Junior Cali-Valle, en Colombia. Tenía 15 años y competí como la más joven de todas las esgrimistas. Ese hecho fue impactante, pero al mismo tiempo emocionante llevar el nombre de Guatemala”, afirma.

En 2023, Aurora debutó como seleccionada mayor en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de San Salvador y asegura que fue una experiencia única.

Pero Aurora también ha tenido que sobreponerse a momentos difíciles y los ha superado gracias a su espíritu competitivo: “En 2022 entrenando en Alta Verapaz tuve un esguince de segundo y tercer grado en mi tobillo derecho. Fue frustrante porque fueron meses de recuperación y me perdí un Panamericano”, admite.

Aún con miedo de volver a las pistas, Aurora admite: “Me esforcé mucho en recuperarme pronto y lo hice también gracias al apoyo de su familia y de la Federación”, finaliza. 

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