Aaron Turuy, enjundia y sangre joven del polo acuático

El jugador lateral izquierdo del club Guate Tropper, Aaron Alexander Turuy Sumalé, es una de las joyas del polo acuático guatemalteco, quien ha dado muestras de crecimiento motivado por sus ganas de triunfar.
Aaron descubrió su amor por el polo acuático cuando a los 12 años asistió a una de las giras deportivas que se promueven en la Ciudad de los Deportes.
Hoy con 19 años, Aaron es parte del proceso de selección mayor y debutó el año pasado en los Juegos Centroamericanos y del Caribe San Salvador 2022.
En esta entrevista con CDAG, Aaron comparte sus anhelos en el deporte de alto rendimiento, recuerda sus comienzos y narra sus mejores vivencias dentro del agua como jugador de polo acuático.
La ilusión por descubrir un deporte nuevo
Como estudiante de la Escuela Julia Ydigoras Fuentes en la colonia La Florida, zona 19, Aaron fue a una gira deportiva que lo acercó al polo acuático.
“Aunque yo sabía nadar con dificultades, fue una experiencia muy bonita ver el deporte, porque era desconocido para mí”, recuerda.
Con la emoción de experimentar algo nuevo, Aaron empezó a exhibir sus cualidades dentro el agua y fue reclutado por los entrenadores de las selecciones menores.
“Me quedé entrenando en parte gracias al apoyo de mis padres, quienes me llevaban todo el tiempo a las prácticas en la piscina olímpica”, cuenta.
Un deporte de alta exigencia
Aaron describe cuáles son las cualidades que demanda uno de los deportes acuáticos más extenuantes que existen: “Se requiere una preparación completa, tren inferior, superior, fuerza e inteligencia para la toma de decisiones en jugadas rápidas”, analiza.
Resalta el esfuerzo constante para poder desenvolverse como jugador: “no es un deporte fácil; hay que tener disciplina y resistencia para estar nadando por largos períodos de tiempo”, reconoce.
En el mismo sentido, expresa: “aunque es cansado llevar la rutina, el amor por el deporte me mantiene motivado”.
Con respecto a los entrenamientos y rutina, Aaron explica: “entrenamos diario al menos dos horas en la tarde-noche. Además, combinamos sesiones de gimnasio y apoyo de nutricionista y fisioterapia”.
Un juego de estrategia y para crear comunidad
Aaron explica cómo es la preparación específica para afrontar cada enfrentamiento en el polo: “Se analizan a los equipos rivales; ver a sus tiradores, a donde se mueve el portero. También la táctica que incluye romper posiciones o tirar de afuera y el juego psicológico para desestabilizar a los adversarios”, resume.
Aunque Aaron admite que dentro del agua se producen roces constantes, fuera del piscina todo queda atrás. “es una comunidad bonita y pequeña; por eso esperamos que el deporte sea más conocido”, añade.
Por otra parte, cuenta cuáles son sus rituales antes de un partido: “me enfoco en mi respiración y suelo alejarme de mis compañeros. Y para motivarme le pido a uno de ellos que me golpeen la espalda y pecho, para elevar mi adrenalina”, detalla.
Metas en el polo acuático
A corto plazo, Aaron cuenta que junto a la selección mayor se alistan para competir en un torneo internacional en Colombia, a disputarse en noviembre.
Pero el objetivo colectivo más importante será el próximo año, cuando afronten el clasificatorio a los Juegos Centroamericanos y del Caribe.
A nivel individual, Aaron no duda en afirmar: “me encantaría jugar en algún club fuera de Guatemala. Sería lo más bonito, vivir del deporte; pero solo el tiempo lo dirá”, afirma Aaron, quien es seguidor del club italiano Pro Recco, una de las potencias en el Viejo Continente.
Pasión por la azul y blanco
En lo que va de su trayectoria, Aaron dice que uno de sus mejores momentos fue la participación el año pasado en los Juegos Centroamericanos y del Caribe en San Salvador.
“Fue una experiencia para abrir los ojos, ver otro nivel de competencia; nos sirve mucho para crecer”, afirma. Y asegura: “Es un orgullo representar a Guatemala, es un toque bonito al corazón”.
Inspiración para superar obstáculos
No todo ha sido fácil en la carrera de Aaron, quien admite que hace unos años puso en duda su continuidad en el deporte: “Por un tema personal, tuve un momento en el que consideré seguir entrenando para dedicarme a trabajar y a estudiar”, reconoce.
Sin embargo, con una mejor gestión de su tiempo y la pasión por su deporte, mantuvo sus intenciones de seguir en el deporte.
Y siempre tuvo claro que su fuente de motivación eran sus padres: “juego para que ellos se sientan orgullosos. Prefiero que sigan mis partidos por redes sociales, porque me pongo nervioso cuando han venido a verme”, finaliza.
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