Rodríguez, un basquetbolista desde la cuna

Herlin Estuardo Rodríguez creció en las duelas de baloncesto, acompañando los entrenos que dirigía su madre en su natal Puerto Barrios, Izabal. Hoy, con 23 años, este jugador de 1.80 mt de estatura sueña con consolidarse como el base titular de la selección mayor.

Nada ha sido fácil en la carrera de Herlin, quien a pesar de las adversidades ha encontrado la motivación necesaria para crecer como jugador y empezar a mostrar su talento dentro del grupo de reclutados por la Federación Nacional. 

Para Herlin, el valor de la humildad y el compañerismo han sido imprescindibles para su progreso como jugador de alto rendimiento.

Hace apenas cinco meses Herlin empezó en el proceso de la selección nacional, luego de su brillante desempeño en un torneo del Final Four. 

Herlin le dio un respiro a su exigente rutina de entrenamientos para atender la entrevista con CDAG, en la que cuenta su inspiradora historia en el deporte.

De Puerto Barrios para el mundo

Herlin no olvida de donde viene y habla con gratitud del lugar que lo vio nacer. “Representar a mi departamento fue lo mejor que me pasó. Mi puerto me ayudó a crecer y le tengo mucho cariño a pesar de las dificultades. El deporte fue como una salida de todos esos problemas”, afirma.

Tras 10 años de buscar una oportunidad para trasladarse a la capital y entrenar con la selección, Herlin finalmente cumplió su cometido: “Los primeros meses fueron difíciles, por estar lejos de mi familia. Pero vine para dar lo mejor de mí, para darles alegría a los que me apoyaron y que se sientan orgullosos”, recalca.

Una pasión heredada 

Herlin tuvo contacto con el baloncesto desde muy pequeño gracias a su mama, Leidy Yesenia, que era entrenadora: “Yo pasaba mucho tiempo con ella en los entrenos y me inculcó el amor y la pasión por este deporte.  Con los años me gustó y ella me dirigía en las categorías infantiles”, recuerda. 

Sobre su relación con ella, admite: “Hablamos mucho de básquet. Ella también fue jugadora y como sub-entrenadora de mi equipo (el club de Izabal) es muy exigente, me corrige mis errores”.  

La transición a la selección 

Herlin cuenta que en sus inicios entrenaba en la Escuela Municipal de Puerto Barrios, pero a veces no tenía cancha fija y entrenaba solo porque no había muchos compañeros. 

Al tiempo empezó a destacar en el equipo de Izabal de la U23 y en una de las competencias del Final Four en el Gimnasio Teodoro Palacios Flores llamó la atención del cuerpo técnico de la selección y recibió el esperado llamado.

“A pesar de que en ese campeonato mi equipo perdió, creo que se fijaron en mi actitud en el juego, como animaba a mis compañeros y mi ambición de ganar”, afirma.

Impacto positivo del deporte

Herlin da fe de cómo el deporte ha transformado su vida: “a través del básquet he aprendido el valor del esfuerzo, la disciplina, el compañerismo, pero sobre todo la humildad. También a tener una buena conexión el público que me sigue, porque me gusta inspirar niños”, asegura.

Consciente de que el básquet es un deporte de constante lucha y roce en la duela, Herlin expresa: “si bien dentro de la cancha no somos amigos y la competencia y rivalidad es buena, afuera somos hermanos y hay que respetar a todos”.

Superando la adversidad 

La carrera de los atletas suele estar llena de altibajos y eso lo sabe muy bien Herlin, quien confiesa los momentos difíciles por los que ha atravesado: “Viví una etapa de depresión en el deporte. Por mi propia inmadurez no pude pasar a una selección juvenil y era frustrarte no poder mostrar mi talento. Me afectaron algunos problemas familiares y deportivos y dejé de entrenar”, dice con honestidad.

Además, sufrió la pérdida de su abuelo, quien siempre lo apoyaba en el deporte: “su fallecimiento me dolió, pero al mismo tiempo me motivó para representarlo y dedicarle mis triunfos, como el campeonato que gané con mi club en el 2022”, cuenta. 

Por otra parte, Herlin tiene aspiraciones altas y su deseo es transcender como jugador: “En el corto plazo quiero prepararme de la mejor manera para afrontar el Centroamericano de este año y representar bien a Guatemala. También quiero ser un buen líder dentro de la cancha, aprender de mi posición y de mis compañeros. Sueño con salir a jugar fuera del país para adquirir un mejor nivel”, sostiene.  

Un día en la vida de Herlin

La rutina de Herlin jugador de selección comienza a las seis de la mañana, con el entreno en la duela del Gimnasio Teodoro Palacios Flores.

“Hacemos dominio de balón para estar listos para la parte táctica individual. Luego la fase por posiciones, en fondos y perimetrales, y práctica colectiva. También combinamos entreno de pesas”, detalla sobre su primer turno.

En la tarde, tras el descanso y alimentación programada, vuelve a la cancha: “en la doble sesión hacemos calentamiento, enfoque en los tiros, luego resistencia en pista o cancha y finalmente si hay juegos, nos quedamos para estudiar a los equipos”, añade.

Otro aspecto clave en la preparación, dice Herlin, es el apoyo de fisioterapia, psicólogo, preparadores físicos y suplementos, que gestiona la Federación.

“La psicología es fundamental, el básquet es un juego mental y hay que estar preparado para soportar presión del cuerpo técnico, del público y nuestra propia responsabilidad”, finaliza. 

Galería de fotos:

Basquetbolista Herlin Rodríguez