La protagonista de la semana es la golfista Elzbieta Aldana, quien a su corta edad aspira a convertirse en una de las mejores exponentes del país.

La conexión de Elzbieta Aldana con el golf es más que un pasatiempo y se ha convertido en un estilo de vida.

Empezó a jugar a los 4 años gracias a su abuelo y hoy es una de las promesas del golf guatemalteco.

El reciente título de campeona en el LXXXI Campeonato Centroamericano Interclubes en Tela, Honduras, y el tercer lugar categoría junior en el LXXIII Campeonato Nacional de México, en Puebla, colocan a Elzbieta entre la élite de jugadoras de la región.

Elzbieta, quien en abril cumplirá 17 años, se ha empezado abrir paso gracias a su constancia y determinación, junto a un equipo multidisciplinario que la apoya.

Actualmente ocupa el puesto 274 del ranquin mundial amateur de golf (WAGR en inglés), número uno de Centroamérica y Caribe Top 10 de Latinoamérica. 

Conversamos con Elzbieta en la sede del Guatemala Country Club, donde es miembro y entrena la mayor parte del tiempo.

Descubriendo su pasión

Motivada por su abuelo que se apuntó a jugar golf a los 40 años y por su primer entrenador, Carlos Nayén, la joven jugadora empezó a recibir clases, al igual que sus hermanas, en el Guatemala Country Club.

“Me gustó venir a las prácticas y luego jugaba los rankings nacionales. También me gustó el contacto con la naturaleza y que el deporte era individual; depende de mí juego y mis decisiones”, relata sobre sus inicios.

Metas claras

Elzbieta habla sobre sus objetivos en el golf: “Mi meta siempre ha sido ganarme una beca e irme a estudiar a los Estados Unidos”. 

En cuanto a lo deportivo, dice: “También aspiro a ser seleccionada para jugar el Torneo WALA (Women’s Amateur Latin America), en donde están las mejores 60 jugadoras del continente e impulsa el golf femenino”. 

A pesar de que convertirse en jugadora profesional no es su obsesión, Elzbieta no duda en afirmar que “quiero jugar golf hasta que sea mayor, por el resto de mi vida, como la jugadora Beatriz de Arenas, quien sigue jugando y manteniendo su constancia”, asegura.

Elzbieta entrena cuatro veces a la semana, con algunas sesiones que abarcan el recorrido de 18 hoyos del campo de golf. Y puede combinar entrenos con estudios, gracias a la flexibilidad del colegio donde actualmente cursa cuarto bachillerato, Cayalá Learning Academy. 

Un deporte peculiar

Para Elzbieta, destacar en el golf requiere mucha pasión y paciencia, debido a las largas horas para recorrer los campos.

“Hay que tener muchas ganas de jugar y paciencia por el ritmo de juego y la duración de los torneos. Además, fortaleza mental para competir contra uno mismo y sus errores”, explica.

Sobre sus virtudes como jugadora, Elzbieta expresa: “Se me hace más cómodo el putt (golpe en la superficie del green), siempre he sido buena practicándolo. Y en el campo que mejor me adapto es el Pulté, porque se acomoda a mi tipo de juego”, complementa.

Su último logro

Uno de los mejores resultados en la carrera de Elzbieta llegó a finales de febrero, cuando se proclamó campeona del Centroamericano Interclubes, disputado en el campo de Indura en Tela, Honduras.

“Me sentí muy contenta, ya que el año pasado no jugué muy bien, siendo la jugadora más joven del equipo. Sentí que las había decepcionado, a pesar de que ganamos como equipo. Pero este año fue una revancha conmigo y quería hacer mi mejor juego, más allá de pensar en ganar”, resumió. 

Elzbieta confiesa que siempre juega pensando en “destacar, que mi nombre suene y poner en alto a Guatemala”, finaliza. 

Parte del equipo multidisciplinario que acompaña el desarrollo de la carrera de Elzbieta incluye a sus entrenadores Julio Nutt (de Jim McLean Golf School), Juan Arroyabe y José Pablo Rolz (Guatemala Golf Tech Academy), la psicóloga Sophie Rousseau (de nacionalidad española) y los preparadores físicos Gonzalo Villavicencio (privado) y Carmen Paniagua (de Asogolf).

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