Anguiano: “El bádminton fue fundamental para convertirme en la persona que soy”

Raúl Anguiano es un ícono del deporte adaptado en Guatemala, gracias a su notable trayectoria dentro y fuera de las canchas de bádminton.

Su dedicación y resiliencia lo han posicionado como uno de los mejor exponentes del parabádminton en América y casi en el final de su carrera se ilusiona con revalidar el título de Juegos Parapanamericanos en Santiago de Chile.

Anguiano, de 48 años, atendió la entrevista con CDAG para repasar su historia de amor con el bádminton, rememorar sus mejores logros y recapitular las lecciones de vida que le ha dado el deporte.

Sus resultados hablan por sí solos: único medallista para el país en Juegos Parapanamericanos, tres preseas en Campeonatos Mundiales, número uno del ranquin mundial en tres ocasiones y pentacampeón continental.  

Y más allá de sus conquistas deportivas, Anguiano también ha dejado su huella como líder de la comisión de atletas de la Federación Mundial de Bádminton (BWF en inglés), como educador para el Comité Paralímpico Internacional (IPC) y como impulsor del deporte adaptado en Guatemala.

Sus comienzos

Desde pequeño Anguiano mostró interés en la práctica deportiva, inculcada por su padre y que luego se volvió necesaria tras el diagnóstico de su discapacidad (hemiparesia parcial derecha, que le permite tener menos fuerza y equilibrio en el lado derecho de su cuerpo).

“Los médicos les recomendaron a mis papas que yo hiciera mucho ejercicio. Además, a mi papa le gustaban los deportes y me impulsaba. Cuando tenía 10 años fuimos a una exhibición de bádminton al Club La Montaña y en ese entonces nadie sabía del deporte. A partir de allí a todos nos gustó”, recuerda. 

Anguiano dice que el bádminton se adaptaba a sus habilidades y comenzó a jugarlo junto con su hermano, Erick, y su padre.

“Si yo hubiera elegido un deporte de conjunto y no un deporte individual como el bádminton, mi papá tenía miedo de que no fuera incluido y se burlaran de mí”, admite.

A pesar de su discapacidad, Anguiano empezó a practicar en la Federación con los atletas convencionales y poco a poco fue ganándose su lugar. 

“Fue clave que me incluyeran como un atleta más. Y entrené así hasta que tenía 28 años”, afirma. 

Anguiano creció jugando sin saber que existía el paradeporte y competir con los atletas convencionales, según él fue “fundamental en mi desarrollo físico, mental y emocional, ya que tenía una buena convivencia con todos, jugadores, y entrenadores”. 

Y sin dudas afirma que: “el bádminton se convirtió en mi medio de desenvolvimiento, y fue fundamental para convertirme en la persona que soy. No sé cómo sería sin el deporte. Creo que no sería el mismo, no tendría el nivel de confianza, ni físico, ni competitivo; el deporte me ayudó en muchos aspectos”. 

La transición al deporte adaptado

Con 28 años la vida de Anguiano dio un giro abrupto, ya que decidió retirarse del bádminton competitivo por varios motivos.

“Me retiré porque yo creía que ya había hecho bastante y venia apareciendo un chico que se llamaba Kevin Cordón. Jugaba contra él y otros chicos, y casi siempre perdía”, cuenta. 

Su trayectoria deportiva empezaría a cambiar por completo cuando realizó que existía parabádminton, adaptado para los atletas con discapacidad. 

Anguiano empezó a competir en la modalidad de SL4, para atletas con limitación funcional del movimiento de las piernas. 

“Pasé dos años retirado y en 2005 empecé en el parabádminton, sin saber cómo iba a ser mi destino. Pero a 18 años de aquella decisión aquí estoy, habiendo competido al más alto nivel y viviendo experiencias increíbles”, resume.

Sus resultados asombros comenzaron a llegar como los cinco títulos consecutivos en el Campeonato Parapanamericano (entre 2014 y 2018), sus cuatro medallas de bronce en Mundiales de Parabádminton, sus tres ocasiones como número uno del ranquin mundial y su logro más preciado, la medalla de oro en los Juegos Parapanamericanos de Lima 2019.

Hecho histórico en Parapanamericanos

El 31 de agosto de 2019 será un día inolvidable para Anguiano, quien consiguió la primera y única medalla de oro en la historia para Guatemala en Juegos Parapanamericanos, al proclamarse en la edición de Lima, Perú.

“Creo que Lima fue como cuando terminas de armar un rompecabezas, o como ponerle la guinda al pastel, fue un momento especial, indescriptible, al lograr la primera y única medalla en Parapanamericanos, lo considero un orgullo y bendición”, rememoró.  

De ambiciones y metas claras, Anguiano afirmó que desde que supo que el parabádminton sería incluido en Juegos Parapanamericanos: “mi objetivo era ganar una medalla para Guatemala y me preparé para ello. No fue fácil, iba como favorito, y lo asumí con humildad, tenía mucha presión, pero siempre lo había deseado”. 

Sobre su triunfo que dejó un legado para el país y para el deporta adaptado, añadió: “Espero que haya sido el primero de muchos triunfos para el Paradeporte nacional. Eso demuestra que los guatemaltecos tenemos capacidad y tenemos que creer en nosotros”.

Superación personal

Anguiano está convencido de que su exitosa carrera y sus logros deportivos no hubieran sido posibles sin esa dosis de esfuerzo, sacrificio y voluntad que caracterizan a los atletas de alto rendimiento.

“Desde niño siempre he tenido una fuerza de voluntad, que no sé cómo explicar, pero que viene de lo más profundo de mí. Dar mi mayor esfuerzo en la cancha, entrenando, en competencias. Dar el extra, todo de mí, siempre me ha nacido muy natural, es parte de mi propósito”, expresó. 

Acerca de su propósito de vida, dice sin dudar: “Definitivamente sé que yo tenía que estar aquí en el bádminton. Siempre he escuchado esa voz. Lo hago porque me gusta y siempre quise darle triunfos a Guatemala”.

Su último ciclo paralímpico

Tras casi dos décadas de jugar al máximo nivel en el deporte adaptado, Anguiano admite con nostalgia que el fin de su carrera está cerca y que sueña con otra medalla Parapanamericana en los Juegos de Santiago, que se disputarán del 17 al 26 de noviembre. 

“En mi último ciclo paralímpico veo con mucha ilusión mi próxima participación en Santiago. Haber clasificado fue algo muy especial. En cuatro años pueden pasar muchas cosas, hay gente que ya no está, pasamos una pandemia, pueden hablar miles de motivos, pero tengo todas las ganas, he entrenado fuerte y con ilusión de traer una medalla”, afirma.  

En el horizonte también figura la meta de los Juegos Paralímpicos del próximo año en París, sin embargo, Anguiano confiesa que la clasificación es “muy complicada, aunque no imposible. Son pocas plazas que se otorgan a través del ranquin mundial, pero la esperanza es lo último que se pierde”.

En el epílogo de su carrera, para Anguiano lo más importante será “vivir este último año y medio de mi vida deportiva de la mejor manera, dando lo mejor y disfrutando, como en toda mi vida”.   

El reto de ser atleta discapacitado

Para Anguiano ser una persona y atleta con discapacidad en un país como Guatemala, es un “gran reto, porque siempre hay barreras culturales y sociales, pero creo que la única manera de romperlas es hacer una lucha día a día”.

En su calidad de atleta referente en el deporte adaptado, Anguiano expresa sentirse uno de los más privilegiados en el respaldo recibido de las instituciones deportivas, también en parte por su disciplina en los entrenamientos y sus resultados deportivos. 

“Estoy muy agradecido por el apoyo que he tenido, aunque soy consciente de que a veces hay dificultades económicas. Pero la mejor forma de abrirse paso es haciendo tu lucha día a día, en tu casa, tu trabajo, como ciudadano y atleta”, manifiesta.

Su ejemplo fuera de las canchas

Pero no todo son entrenos y competencias para el jugador de 48 años, quien además cumple roles destacados como miembro de la comisión de atletas de parabádminton de la Federación Mundial (BWF), educador con el Comité Paralímpico Internacional (IPC) e impulsor del paradeporte en Guatemala.

“Como vicepresidente de la Comisión de Atletas soy parte de la toma de decisiones importantes en políticas de desarrollo y aspectos técnicos, aportando y conociendo los planes estratégicos”, cuenta sobre su papel activo con la BWF.

Al mismo tiempo, Anguiano forma parte del Programa Proud Paralympian (Orgulloso Paralímpico) del IPC, uno de los programas insignias para promover el paradepoprte en todo el mundo.

Entrevista con Raúl Anguiano - parabádminton -