Por: Yasser Morales

Natalia Maldonado inició en el deporte por casualidad y ahora, con mucho trabajo duro y dedicación, sueña con algún día llegar a la selección nacional mayor y defender los colores de la bandera en competencias internacionales.

¿Cómo iniciaste en el balonmano?

Se dio la oportunidad. Cuando tenía 9 o 10 años, en el colegio necesitaban jugadores para conformar un equipo de balonmano, y en ese momento yo no me encontraba practicando ningún deporte, por lo que me uní para probar y conocer, pero terminé enamorándome  de él. Seguí jugando y participando en varios campeonatos escolares; además, tuvimos chance de viajar a Huehuetenango para un ranking nacional, donde finalizamos primeras. Luego de eso, la Federación Nacional nos hizo una convocatoria para formar parte de un proceso más formal.

¿Cómo fue tu primer contacto con la Federación Nacional de Balonmano?

Nos llegaron cartas con una invitación para ir a entrenar con un grupo en el Domo Polideportivo de la zona 13 con Militza Lavarreda. Conforme fue avanzando, trabajé con diferentes entrenadoras, pero la que realmente ha sacado todo mi potencial es Johana Arévalo, con quien estoy muy agradecida.

¿En qué posición te desempeñas?

Yo he pasado por todas las posiciones; cuando inicié era portera y luego pasé a jugar a cancha donde fui variando, pero mi entrenadora se dio cuenta que tenía cualidades para ser extremo; la probé y me enamore rápidamente.

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Ya en el proceso, ¿cuándo fue tu primera participación en selección?   

Tuvimos la oportunidad de ir a jugar un Challege Thophy Centroamericano en el 2019, en El Salvador, a donde llegaron varios equipos de la región; quedamos en segundo lugar tras perder con el equipo de Costa Rica. Esa medalla de plata nos dio la posibilidad de clasificar a un campeonato centro-sur.

¿Qué se siente llevar la camiseta de la selección en un torneo internacional?

Para mí es muy emotivo; representar al país es uno de los mejores honores que se puede tener. Cantar tu Himno frente a todos, a todo volumen, eso me emociona. Es hermoso, a mí me encanta, me fascina escuchar el nombre de mi país.

¿Cómo les fue en ese campeonato centro-sur?

El campeonato se llevó a cabo en Palmira, Colombia a finales de año, con la participación de  Costa Rica, Guatemala, Guyana Francesa y Colombia,  donde gracias a dios  nos llevamos el primer lugar de la competencia, lo cual nos clasificación a la final mundial, el cual se llevaría a cabo a principio de años, pero inicio la situación de la pandemia y se canceló el evento.

¿Cómo te afectó la situación de la pandemia?

Ha sido complicado, pero gracias a la ayuda de la Federación Nacional de Balonmano, tuvimos equipo para entrenar en casa, desde balones medicinales hasta mancuernas para no perder el rumbo; además, hay varias sesiones de entreno al día, en las que podemos elegir en cuál participar. Además, me dieron una portería pequeña para practicar mis tiros.

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¿Ha sido muy difícil esta situación para ti y tus compañeras?

Creo que lo importante es no rendirse, ser perseverantes… porque esto no es para siempre. Debemos seguir entrenando, seguir fortaleciéndonos, porque no ha sido fácil, pero hay que tener paciencia y saber que esto va a tener una solución. Nosotros, los guatemaltecos, somos luchadores y vamos a salir adelante.

¿Has recibido apoyo de tu familia en esta situación?

Mis papás siempre me han apoyado. Es difícil, porque yo entreno de 7 a 9 de la noche y se escuchan los pelotazos en la casa, o los saltos; además, he roto algunas cosas y desgastado unas columnas, pero ellos siempre ven el lado positivo de las cosas y dicen que ese es esfuerzo para algo mayor.

 ¿Cómo te visualizas en el futuro?

Yo deseo ser el extremo titular de la selección mayor y poder participar en unos Juegos Olímpicos; es uno de mis mayores sueños.