Patadas con sueños en grande para Bárbara Morales

Su pasión y garra dentro del tatami, han convertido a Bárbara Michelle Morales en una de las mejores exponentes del Karate Do guatemalteco que poco a poco ha dejado su huella en la historia de su disciplina a nivel juvenil.

Con los sueños puestos en un futuro olímpico, Bárbara entrena hasta tres sesiones diarias previo a una competencia internacional con el fin de poner en alto el nombre del país.

Su inicio en el deporte fue a los cinco años cuando sus padres Sergio y Virginia acompañaban a su hermana Gabriela a clases de ballet.

“Me iba a meter al ballet con mi hermana, pero no me aceparon por ser muy pequeña y como era muy incómoda la espera mis papás me preguntaron si quería hacer algún deporte y les dije que sí, porque era muy inquieta, cuando vi a los niños correr en karate me gustó y me quedé”, expresa Morales.

Lo que comenzó como un pasatiempo, poco a poco cambió de rumbo y la llevó desde la cinta blanca hasta el alto rendimiento.

“Al principio es como un juego, desde pequeña mi hermana tenía que estar en el ballet a las dos de la tarde, comíamos en el carro, teníamos toda una vida de carreras porque yo empezaba mi clase a las tres. Cuando comencé a ir a torneos internacionales empecé a ganar y eso me gustó”, comenta.

Con grandes resultados a nivel juvenil, como la medalla de bronce en el Campeonato Centroamericano y del Caribe de 2012 y el oro en los IV Juegos Escolares y del Caribe en Armenia, Colombia, un año después. En 2014 obtuvo las preseas doradas en el Campeonato Centroamericano y del Caribe y en los Juegos de CODICADER.

“Veo cada resultado como una oportunidad más, siempre me esfuerzo por dar lo mejor. Previo a una competencia entreno hasta cuatro veces, pueden decir que estoy loca pero me da mucha satisfacción representar bien a Guatemala y subir al podio”, dice Bárbara.

Desde pequeña, el apoyo de sus padres y la Federación Nacional han sido fundamentales para su desarrollo personal y deportivo.

“Todo el apoyo es de un conjunto de personas, mis papás principalmente, la Federación me ha ayudado económicamente, me ha pagado mis estudios desde tercero básico y el apoyo del Comité Olímpico es muy importante”, considera.

Su paso de la categoría juvenil a la mayor empezó a brindar sus frutos desde el año anterior, luego de haber ganado sus primeras medallas como seleccionada de alto rendimiento en los Campeonatos Centroamericano, Centroamericano y del Caribe y Panamericanos junto con su participación en el Campeonato Mundial, en Austria.

“El karate me ha hecho una persona disciplinada, más responsable dentro y fuera del tatami. Representar a Guatemala es una experiencia única que hasta se me eriza la piel de pensarlo”, finaliza.